El alumno capturó la araña y la encerró en un bote de plástico, donde se encuentra actualmente para la observación de aquellos que quieran conocer su aspecto externo.
En la foto, Ignacio Loring muestra el bote con el ejemplar.
El veneno de esta araña produce necrosis en los tejidos y llagas abiertas que incluso se ha tenido que injertar piel para poder cerrar la herida. En muchos casos se han tenido que aplicar amputaciones para salvar la vida del paciente (casos muy graves o de tratamiento tardío).
Sin embargo, tampoco hay que asustarse demasiado. Los casos de mordedura se han producido en su mayoría al presionar nuestro cuerpo con la araña, ya sea en la ropa o en las sábanas.