viernes, 8 de octubre de 2010

Record español en espeleologia

Dos espeleólogos españoles logran el récord de profundidad sin oxígeno

El castellonense Jorge Membrado en pleno descenso. (Imagen: J.M.)

  • La expedición de Jorge Membrado descendió 2.080 m en el Cáucaso.
  • Pasaron 10 días bajo tierra en una cueva de la República de Abjasia.
  • "La humedad es del 100%, como si estuvieras en el agua".

J.ALCUTÉN. 07.10.2010 - 07.27 h

Oscuridad, frío y mucha humedad. Tres enemigos contra los que lucharon Jorge Membrado y Jesús María Sánchez-Dehesa durante su particular viaje al centro de la Tierra. Un descenso a las profundidades del planeta que les llevó hasta los 2.080 metros, todo un récord mundial sin oxígeno.

"
El peor rival es tu propia mente. Pasar diez días en el interior de una cueva te debilita mucho psicológicamente porque sabes que lo más duro es salir de allí y que un rescate es prácticamente imposible. He visto derrumbarse a tíos muy fuertes físicamente", explica Membrado.

La expedición tuvo lugar en la cueva Krubera-Voroya, en la república caucásica de Abjasia, y duró doce días. "Los dos primeros fuimos bajando el material y saliendo a dormir a la superficie, pero a partir de los 700 metros de profundidad ya no compensaba el esfuerzo de salir; nos pasamos diez días bajo tierra", añade.

Dormir atado, por si acaso

Una vez dentro de la cueva empieza el verdadero descenso: "Los primeros 1.600 metros son casi verticales y vamos permanentemente atados, incluso para dormir o mear, porque es muy fácil caerte por una grieta".

Tuvimos jornadas de trabajo de dieciséis horasEsos días es complicado encontrar un lugar llano donde dormir: "Es imposible. Acabas descansando encima de rocas irregulares sobre el barro, con una lona para protegerte de las goteras".

Durante el día el esfuerzo es constante: "Las jornadas de trabajo suelen ser de ocho o diez horas, pero también las tuvimos de dieciséis. Hay que estar muy bien preparado físicamente".

El gasto energético es enorme, especialmente durante el regreso a la superficie: "Subiendo se pueden consumir unas 7.000 kilocalorías al día, como Contador en una etapa del Tour".

Se pierden hasta 14 kilos

La alimentación durante los días bajo tierra es muy importante y Jorge, todo un experto: "
Algunos compañeros de expedición perdieron hasta 14 kilos. Yo sólo dos porque comía como un animal. Lo mejor son los alimentos grasos, como el queso, porque aportan mucha energía y las proteínas. Comer hidratos de carbono no es suficiente para tantas horas de esfuerzo".

El agua, sin embargo, nunca es un problema: "La hay por todos lados y la bebemos directamente porque a tanta profundidad es potable".

Todo el día mojados

La facilidad para beber es la ventaja de sufrir tanta humedad: "
Es del 100%, como si estuvieras en el agua. Aunque la temperatura es sólo de tres grados no paras de sudar y hay vapor por todos lados, estás mojado día y noche".

El goretex y los sacos de pluma de alpinismo aquí no valenProtegerse contra ella es una batalla perdida: "El goretex y los sacos de pluma de alpinismo aquí no valen porque se empapan. Usamos fibras sintéticas especiales, pero tampoco sirven de mucho. Llevamos un mono seco dentro de una cápsula aislante para dormir... pero también se acaba mojando".

Y eso cuando no hay que bucear: "
Cruzamos una bolsa de agua de varios metros de profundidad a pulmón con neopreno. Cuando decidimos regresar fue porque topamos con otro sifón de agua enorme, que era imposible cruzar sin bombonas de oxígeno".

La iluminación es otro factor clave en la cueva: "A partir de los 50 m la oscuridad es total y utilizamos linternas potentes. Hemos gastado más de 1.000 pilas.
¡Suerte que nuestro patrocinador es Duracell!".

Han descubierto hasta un gusano

La expedición de Jorge y Jesús también descubrió un nuevo tipo de gusano en el interior de la cueva: "Es un gusano transparente, como los animales abisales del mar.
Se ve su aparato digestivo y lo está investigando el equipo de científicos que nos acompañaba".

El gusano no fue la única fauna que encontraron: "Allí abajo hay muchos bichos extraños por descubrir. Están acostumbrados a vivir en completa oscuridad y algunos se morían cuando los enfocábamos con la linterna".